Por Lilia Davis
Fotos Vincent Remini

El secreto de Julissa y el poder de su historia ha inspirado a muchos más para salir adelante y abogar por los derechos de los indocumentados. Su libro Bajo Las Sombras del Sueño Americano cuenta la historia de su vida y propone empezar a cambiar el diálogo sobre la inmigración en Estados Unidos.

Muchas veces vemos noticias en los periódicos y la televisión sobre personas indocumentadas, desde grupos de niños que viajan solos con la esperanza de un futuro mejor, hasta trabajadores o empleadas de limpieza, en la industria de la comida y otros servicios. Esa imagen ya está tan clavada en la mente y cultura de la mayoría de los Estados Unidos que no vemos más allá de la superficie.

Nunca nos imaginamos que una exitosa mujer hispana ejecutiva en la Bolsa de Nueva York, como Julissa Arce, guardaba un gran secreto: era indocumentada y sufría con el miedo de ser deportada. Simplemente damos por asentado que las personas a ese nivel no tienen ese problema.

Bajo las Sombras del Sueño Americano es el título del primer libro de Julissa Arce. Nos cuenta su historia para empezar a cambiar el diálogo y traer una nueva perspectiva de lo que es una persona indocumentada en los Estados Unidos. Se ha convertido en una defensora de los indocumentados, para educar la mentalidad de otros, para que no sufran y tengan derechos como cualquier otro.

En 2001 el gobernador Rick Perry firmó la ley HB 1403, para que a los estudiantes indocumentados se les permitiera asistir a la Universidad en Estados Unidos. Julissa fue una de las primeras estudiantes que recibieron el beneficio de dicha ley. Para ella fue un milagro, una puerta muy grande para poder continuar sus estudios después de ser rechazada en todas las universidades. La aceptaron en la Universidad de Texas en Austin pagando la matrícula como residente del estado.

El costo de la universidad es el primer obstáculo que los estudiantes indocumentados tienen que afrontar. En los Estados Unidos, los niños tienen el derecho a educación primaria y secundaria (K-12) sin importar su estado de inmigración, pero sólo un pequeñísimo por ciento de éstos continúa con una educación superior. “Hay que cambiar esto”, dice Julissa.

julissa2GOLDMAN SACHS

Al terminar su carrera, Julissa obtuvo un trabajo en el mundo financiero de Wall Street en Nueva York, con documentos falsos. Compitió con miles de solicitantes y de los cuales se aceptan muy pocas mujeres. Ella fue una de las aceptadas.

Durante siete años con Goldman Sachs, creció en la escala ejecutiva hasta llegar a ser vicepresidente y después directora con Merrill Lynch. Llegó a ganar dinero que nunca había soñado, pero siempre con el miedo de que descubrieran su secreto.

“Siempre pensaba que entre más dinero ganara y acumulara, podría solucionar mi situación de indocumentada más tarde. Me protegía con la excusa de mi trabajo para evitar ser descubierta”, explica Julissa.

En Goldman Sachs sobresalió porque se adaptaba perfectamente a la cultura de la empresa financiera por su gran motivación, su ética de trabajo arduo, pero especialmente por su habilidad para separar los asuntos irrelevantes de lo que realmente es importante.

Anticipaba problemas antes de que éstos surgieran y manteniendo siempre una lealtad inquebrantable hacia la firma. Su carrera en finanzas era su mancuerna perfecta porque desde niña “los números y los problemas siempre tuvieron sentido para mí; en los números siempre existe la respuesta perfecta, cosa que apreciaba en mi mundo de ambigüedades”, expresa Julissa.

En su libro escribe que ser minoría te hace pensar que nos vamos a ayudar todos entre sí, pero aclara que

“algunas veces tu propia gente te empuja hacia abajo, y desafortunadamente eso no ha cambiado, muchas personas tienen esa mentalidad de sentirse menos y que sólo hay espacio para pocos.”

Además, como minoría y mujer hispana, siento que somos observadas doblemente debajo de un microscopio; no tenemos tanto margen para relajarnos, como los hombres. Tenemos que cambiar eso para poder salir adelante y dejar que otros puedan salir adelante también. Nos beneficia a todos, expresa Julissa.

¿UNA PLATAFORMA POLÍTICA?

Julissa comenta que “hoy en día los americanos seguido ven el tema de inmigración como un problema político y se olvidan del hecho de que somos personas humanas, que tenemos sueños y ambiciones”. Después aclara firmemente que nadie se le ha acercado para ayudarle en ninguna agenda política. “Soy muy independiente. Y no me interesa ser ninguna candidata política, de hecho, no puedo porque para eso tienes que haber nacido en los Estados Unidos y yo nací en México.”

Durante la entrevista, Julissa estaba muy atenta a mis preguntas y sus respuestas. Posee una mente aguda y exacta, y aunque su conversación era relajada y cálida, percibía su cautela al contestar las preguntas.

Con su experiencia como ejecutiva al hacer decisiones de alto riesgo, pero también con ese instinto de supervivencia con el cual ella tuvo que vivir tantos años para salir adelante, la costumbre de no delatarte respondiendo con información de más, y que pudiera poner en peligro tu secreto.

julissa3SEPARACIÓN DE FAMILIAS

Después de superar el temor de ser descubierta, Julissa admite que ya no tiene temores, “el único temor que tengo es que la inmigración cause más separación en las familias”. Durante la entrevista recibe una llamada de México: “Hola Mami”, contesta Julissa con cariño, “al fin te encuentro, he tratado de llamarte varias veces”… ok, “estoy en una entrevista, te llamaré más tarde, te quiero mucho”. Al colgar, expresa con tristeza, “por ejemplo, mi mamá no podrá venir a la graduación de mi hermano en la universidad porque no tiene sus papeles en regla después de estar tanto tiempo aquí como indocumentada.”

Julissa piensa que cuando se refieren a extranjeros ilegales, están atacando una población que en cierto punto ha llegado a fundar este país. No los deberían expulsar sin derechos. “No hay personas que amen tanto a este país como los indocumentados. No hay personas que hayan renunciado a sus familias, seres queridos, lugares seguros y arriesgado su vida tanto como los indocumentados. ¿Cómo piensan que venimos a quitarles el empleo a otros?”, expresa Julissa.

Además, muchos indocumentados no declaran sus impuestos por miedo de ser deportados y Hacienda o el IRS recauda aproximadamente $11.8 billones de dólares al año por impuestos que nunca se reclaman. “Ese dinero bien se podría usar para ayudar a pagar sus colegiaturas”, explica Julissa, a quien le molesta que la gente se refiera a ellos como inmigrantes ilegales, porque es como decir que no tienen ningún derecho, prefiere y pide que por favor se refieran a ellos con la palabra inmigrante indocumentado.

MOMENTO DECISIVO

Julissa nació en Taxco, Guerrero, y era la abanderada en la escolta de su escuela porque tenía las mejores calificaciones. Siempre quiso ser la mejor. Se vino a vivir con sus padres a San Antonio, Texas, con una visa que se venció cuando tenía 11 años. No regresó más a México. Más adelante, cuando estaba trabajando en Nueva York, no podía salir del país, porque no podría volver a entrar a los Estados Unidos con documentos falsos. “Me sentía en una jaula de oro”, expresa.

En su libro explica que su momento decisivo llegó al morir su papá en 2007 y no poder ir a verlo. En ese momento tomó una decisión. Se preguntaba: “¿Qué tanto más tengo que sacrificar por estar aquí, que más tengo que aguantarme?”, entonces Julissa decide renunciar a todo e irse de Nueva York, para regresarse a México. “Algo podré hacer allá”, pensaba. Al verla tan decidida, su novio le pide que se case. Poco después empezó sus trámites de inmigración junto con él.

julissa4DEFENSORA DE DERECHOS DE INMIGRACIÓN

Actualmente Julissa ya no trabaja en el mundo de las finanzas y se dedica a ayudar a otra gente que ha pasado lo que ella vivió. Piensa seguir escribiendo, haciendo presentaciones y defendiendo a los indocumentados. También ha ayudado a una Fundación Educativa llamada ASCEND para brindar becas a estudiantes sin importar su situación de inmigración. “¡Ya hemos otorgado cerca de 200 mil dólares en becas para 30 estudiantes en Nueva York!”, dice orgullosa.

Entre sus planes futuros tiene filmar una historia para episodios de televisión basada en su libro con la actriz América Ferrara. “Pienso que entre más visible seamos, más se acepta el hecho de que existimos y quitamos esa mentalidad negativa hacia los inmigrantes. Hay que abogar por ellos y hacerlos ver desde otra perspectiva.”

Cuando renunció a su puesto uno de los ejecutivos de Goldman Sachs, lejos de criticarla, expresaba en una entrevista respecto a la situación de Julissa: “¿No sería increíble si pudiéramos brindarle casa a más gente joven y talentosa que llega a este país buscando una educación y con ganas de aplicar su energía y conocimientos para apoyar a nuestra economía?”

El 4 de agosto de 2014, Julissa se convirtió en ciudadana de los Estados Unidos.

*Con información de Bloomberg Business

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