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PRUEBA VIVIENTE DE QUE LOS SUEÑOS SE CUMPLEN CON FLORES Y BUEN HUMOR

Por: Liliana Pérez | Fotos: Svetlana Pasedko @svetlanapasedko

La ganadora de la primera versión de MasterChef Latino (de Telemundo), la actriz venezolana Sindy Lazo nos abre las puertas de su corazón con humor y gracia. La actriz conquistó al jurado con un exquisito asopado de cerdo con el sabor y la sazón del guiso de las tradicionales hallacas venezolanas y recibió un cheque de $100.000 dólares correspondiente al premio al mejor cocinero de la competencia.

MasterChef (en su versión original americana) es el reality de cocina número uno del mundo y una marca exitosa a nivel internacional.

Tras una carrera artística en su país que se desarrolló principalmente en los quehaceres de la actuación – siguiendo los pasos de su madre Mimí Lazo, la reconocida actriz, productora de cine, televisión y teatro –, Sindy Lazo y su madre salen de Venezuela por la difícil situación política y socioeconómica que allí se vive y llegan a Miami a rehacer su vida. Sindy venía de protagonizar y producir su propio programa de televisión “La Cocinita de Sindy”, entrevistas que plasmó en un libro con el mismo nombre. Previo a ese éxito, había interpretado varios roles en diversas telenovelas, incluyendo “Voltea pa’ que te enamores”, en la que actuó con su madre. También protagonizó un monólogo humorístico sobre el dolor que le causó el abandono de su padre a muy corta edad. Pero todo eso quedó atrás y llegó a Estados Unidos a empezar de nuevo.

En una apurada entrevista, en medio de su participación como panelista en un evento para promover el emprendimiento de la mujer en Houston, TX logramos captar la esencia de Sindy. Podemos decir que es una mujer con mucha personalidad y con una risa y alegría contagiosas. Tiene una gran capacidad para reírse de sí misma y no tienes que conocerla muy a fondo para darte cuenta de su‘chispa’y buen humor. Por ejemplo, todos saben que llegó a MasterChef con el propósito de ¡encontrar marido! Desde su audición sobresalía entre todos los concursantes pues llegó con una corona de flores en la cabeza, que recordaban no sólo la tropicalidadde su país, Venezuela, sino que resaltaban su feminidad y su coquetería.

En entrevista con REVISTA MUJER Sindy nos cuenta de dónde viene tanto sabor, tanto humor y tanta tropicalidad.

Sindy Lazo | Foto: @SvetlanaPasedko para Revista MUJER

Sindy Lazo | Foto: @SvetlanaPasedko para Revista MUJER

El humor es una constante en ti, ¿de dónde viene?

Bueno, mi mamá es muy graciosa… pero viene principalmente de ¡mucha terapia! Yo he hecho toda la terapia que te puedas imaginar porque sufrí el abandono de mi papá; lo sufrí mucho y me tragaba todo ese dolor. Y con la terapia empecé a hacerlo parte de mi vida, y no hay nada mejor que reírse de uno mismo.A mi no me gustan los comediantes que hacen chistes de los otros cuando hay tantas cosas de uno mismo que son para reírse, y eso además de ser terapéutico te hace la vida más fácil.

Indagamos un poco sobre su crianza y sobre las mujeres que la influenciaron para ser quién es hoy en día y descubrimos un amor infinito, no sólo por su madre (quien está casi siempre acompañándola en sus proyectos y viajes), sino también por su abuela

Mi mamá ha sido mi gran amor, por su puesto, mi gran influencia en la vida. Pero mi abuela me enseñó el amor a través de la comida, cocinaba espectacular, el olor de la casa de mi abuela todavía lo recuerdo. Mi abuela me daba amor a través de cada cosa que hacía, aunque era cocina sencilla, tenía siempre un baño de amor profundo. Y eso fue creciendo en mi. Y eso es lo que yo quiero darle a la gente.

¿Cocinabas con ella?

El pastel de queso, que fue con el que entré a MasterChef, es de mi abuela, y el guiso con el que gané, era también de mi abuela. Veía mucho lo que hacía, sobre todo la magia que tienen las abuelas, que con un tomate, una cebolla y una carne hacen una cosa maravillosa. Uno ahora necesita una cantidad de ingredientes y me encanta que esté de moda volver a lo básico, al ingrediente simple.

Foto: MasterChef

Foto: MasterChef

¿Qué se sintió ganar MasterChef Latino?

Todavía estoy procesando eso. La vida siempre ha sido mucho más ambiciosa que yo con los sueños. Me ha ido llenando de esta vida maravillosa. Todavía estoy procesando que soy ganadora de MasterChef. Todavía veo la versión americana y digo, ¡yo estuve allí, yo gané eso! Pero con el tiempo me he dado cuenta de que yo estuve allí, pero que no era yo sola, estaba representando a mi mamá, a mi abuela, a los venezolanos que estamos mal vistos, a los latinos que comenzamos de nuevo en un nuevo país.

En la transmisión de MasterChef Sindy llevaba en la cabeza una corona de flores, que se volvió su sello. Al investigar un poco, entendimos que se había convertido además en un concepto llamado “Flower Power” y hasta en una marca que ¡ya ha empezado a vender en línea! Cuéntanos de Flower Power…

(Suspira y ríe). Yo no soy machista pero yo con el feminismo no me llevo mucho, porque vengo de una madre que ha sido “arrechísima” – y perdóname la expresión –, toda la vida. Yo crecí con una madre que era capaz de todo y con una abuela que a los 20 años ya había criado a cuatro niños, así que el empoderamiento de la mujer es lo normal para mi. Entonces ahora esto de que la mujer venga a mostrar lo poderosa que es, yo no lo entiendo mucho.

Entonces el “Flower Power”, es para que la mujer deje de probarse tanto, que entienda que uno puede ganar más que un hombre, dirigir un país, que uno lo que tiene que hacer es lograr sus sueños, el sueño que sea… desde yo, que quiero ser ama de casa, hasta la que quiere ser Presidenta de la República y que no hay nada más femenino que una flor. Entonces la flor en la cabeza es eso, es que la mujer entienda que tener el poder no te quita ser femenina.

Era también una forma de diferenciarme. Cuando llegué a la audición de MasterChef, aunque llegué antes de la hora que me tocaba, ¡la cola ya daba la vuelta! La gente tenía mucha comida y yo con una tortita, dije, “¡menos mal que tengo flores en la cabeza!”.

Hablas mucho de los sueños… Cuando preparaba este encuentro, alguien me preguntó por qué no estaba enfocándome en el tema culinario y le dije que aunque ganaste MasterChef Latino, yo sentía que Sindy no había venido al mundo a cocinar, sino a algo más grande, ¿es así?

¡Voy a llorar! [Y literalmente se le humedecieron y enrojecieron los ojos y ¡casi daña todo su maquillaje antes de dar su discurso en frente de todas esas mujeres que habían venido a verla!] ¿Y sabes por qué? Porque es justamente lo que quiero decir hoy. Tu sabes que a mi me preguntan, ¿cuándo vas a hacer recetas? Y yo digo que sí, que las voy a hacer, pero la intención con la que fui a MasterChef, además de cocinar y de demostrarme a mí misma que yo podía cocinar, era demostrar que los sueños se hacen realidad. Que uno viene a un país nuevo, que es duro y que a uno se le olvida soñar, pero queeso de que los sueños no se hacen realidad es mentira, y yo soy la prueba de ello. Entonces,yo sí quiero hablar de la cocina, porque sé mucho y me encanta, pero yo quiero es hablar de la mujer que es capaz de todo, que regresemos a eso, a encontrar nuestro propósito en la vida.

¿Y cuál es el tuyo?

Mi sueño es seguir haciendo cosas como ésta, donde yo pueda seguir comunicándome con la gente. Yo hice un programa en Venezuela, “La Cocinita de Sindy”, donde tampoco era sobre la cocina, lo que cocinábamos era cualquier cosa… una vez entrevisté a la “Maestra Ximena”, [personaje interpretado por Gabriela Rivero, actriz mexicana], y me decía “yo no me voy a comer eso” y yo le decía “pues te lo comes, porque estás en televisión!”, (¡risas!). Entonces era eso, era sobre la conexión, sobre encontrarnos, sobre vernos en las historias del otro. Mi país está tan dividido que tenemos que encontrarnos. Y cuando uno habla de comida se le olvidan todas las diferencias. Si yo te pregunto a ti, ¿cuál era el plato que te hacía tu mamá, o tu abuela, o quien te crió?, a ti se te olvida si yo tenía un vestido, si me quedaba feo, te olvidas de todo… y eso es lo bonito: conectar.

Sindy Lazo | Foto: @SvetlanaPasedko para Revista MUJER

Sindy Lazo | Foto: @SvetlanaPasedko para Revista MUJER

MUJER

¿A quién admiras?

A Oprah. Porque ella vino al mundo a motivar a todo el mundo, a decir que sí es posible. Ella sí que rompió todos los paradigmas. Si uno no cree que en la vida es posible cualquier sueño entonces, ¿en qué estamos? La admiro porque vino al mundo a movernos a todos, a empujarnos a creer y a mostrarnos que la espiritualidad es algo del día a día, no es una cosa de gente muy elevada, sino que es de todos, está en las cosas más simples y nos hizo casero el tema.

A mi mamá, por supuesto, por su felicidad. Ella disfruta el camino, yo disfruto la llegada. Yo me monto en un avión y ya quiero llegar a donde voy. Mi mamá se arregla, se maquilla, ¡se pone vestido para montarse al avión!

¿Qué sigue para Sindy?

Bueno, viene un libro sobre mi historia, sobre el Flower Power, sobre el abandono del padre que a mi me toca mucho y que yo quisiera hablarlo más, y sobre cómo uno tiene la posibilidad de cambiar cualquier cosa que no te guste de ti, de tu camino, no importa lo que diga la gente, tu puedes agarrar el camino que quieras. ¡Y por supuesto recetas! Sale a final de año.

En una de tus entrevistas dijiste algo muy poderoso, dijiste: “Yo quería llevar un mensaje de esperanza a todos los venezolanos y latinos que están comenzando sus vidas desde cero en otro lugar, que podemos cambiar nuestro futuro y que los sueños cuestan. Si hacemos algo por ellos todos los días pueden hacerse realidad”. ¿Qué le quisieras decir hoy a tantas mujeres venezolanas que como tu están empezando de nuevo?

A la mujer venezolana le quiero decir que no tenga miedo, que podemos comenzar de nuevo en cualquier lugar, y que no es fácil, a mi me costó mucho, yo fui mesonera… yo me fui de mi país con un programa exitoso, pero dejé todo y se me fue acabando el dinero… es difícil, pero uno nunca empieza de cero porque uno lleva la experiencia, ¡eso no nos lo quita nadie! Y así venimos todos los venezolanos, estamos preparados para comernos al mundo. Y que tratemos de ser nuestros mejores embajadores, sobre todo de la Venezuela que queremos rescatar, no de la que queremos que termine – la del odio –, sino que rescatemos lo bonito que tiene nuestro país.

¿Crees que tu historia pueda inspirar a otros a seguir su “sueño loco”, como le llamas tu?

Eso es lo que más quiero. ¡Mírame a mí que me gané Master Chef, eso era impensable! Mi hermano todavía lo procesa. Mi mamá es una gran soñadora, y para ella fue un regalo muy bonito porque ella también se fue del país, le costó, le sigue costando, pero ella me decía “me regalaste la convicción clara, la prueba de que los sueños sí se hacen realidad. Yo me voy a ganar el Oscar, ¡ahora sí me lo voy a ganar!”. Porque los sueños se hacen con intención. La intención es fundamental.

Sindy Lazo | Foto: @SvetlanaPasedko

Sindy Lazo | Foto: @SvetlanaPasedko

En REVISTA MUJER nos gusta hablar de la mujer real, ver un poco la vulnerabilidad que creemos es lo que más nos conecta como seres humanos. Desde tu lado más vulnerable, ¿qué ha sido lo más duro, lo más retador en tu vida, desde el abandono de tu padre, hasta la salida de tu país?

Irme de Venezuela y llegar a Miami fue muy difícil. Esto te lo estoy contando por primera vez: gente que mi mamá le había dado trabajo en Venezuela, actrices con las que mi mamá había trabajado, se voltearon, por el tema político – que además es falso – nos dieron la espalda en Miami. Superar eso fue complicado, porque era gente que nos conocía, que sabía quiénes éramos mi mamá y yo. Eso es muy duro. Ver que tienes que reinventarte… Los latinos en general nos tenemos que reinventar, ponernos creativos.

¿Qué te ayudó a salir adelante?

Que tengo la certeza de que la vida siempre te tiene algo mejor, de que la vida no es este instante, que siempre nos trae algo mejor. La vida es dentro de tres años… Por eso uno no debe hacerle daño a nadie, porque la vida te la va cobrar cuando menos piensas, y de otra manera. Por eso uno debe andar limpiecito por la vida, porque la vida es eso, lo que uno pone afuera se te va a regresar. Pero en los momentos difíciles uno aprende a saber que uno tiene el poder para salir adelante. Y que no tengamos miedo al sufrimiento, cuando tengan momentos tristes, ¡agárrenlos, súfranlos! Cuando tu novio te deja tu lloras, tu te tiras al piso, ¡tu lo vives! Pero siempre sabiendo que viene algo mejor y que debes reinventarte: si no es por aquí, es por otro camino. La vida es larguísima y a la vez cortitica.

¿Cuando te digo estas palabras qué se te viene a la cabeza?

Abuela: yo lloro. Pienso en amor.
Mamá: mi todo. Mi mamá es una gran maestra, porque mi mamá vino al mundo con una misión clarísima desde muy pequeña y es mostrar que hay miles de caminos para lograr los sueños.Mi mamá no cree en estadísticas, ella protagonizó a los 60 casi cuando ya nadie protagonizaba en mi país. Mi mamá llenó el Poliedro de Caracas con un monólogo cuando eso no existía. Se casó con un niño de 20 años y tienen 23 años de casados. Mi mamá es una mujer que ha roto paradigmas y eso ha hecho que gente comience a soñar y a saber que hay miles de maneras de vivir.
Matrimonio: mi próximo sueño loco.
Cocina: la pasión.
Mujer: lo que soy
Venezuela: mi casa.
Futuro:mi hija.
Visión de la vida:que la vida siempre está ahí para sostenernos, que no nos va a dejar solos.

De Sindy nos queda un importante mensaje: que no se nos puede olvidar soñar y que por más loco que sea ese sueño, podemos hacerlo realidad, independientemente de los códigos sociales o culturales pre-existentes que nos dicen de qué manera debemos vivir. Para ser felices debemos hacer realidad nuestros sueños y para ellos sólo se necesita con intención y determinación. Así que mujeres, ¡a seguir soñando!

A Sindy la pueden seguir en redes como @sindylazo

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