Jardín Botánico de San Antonio: Verde Sobre Gris
Emilio Ambasz, a treinta años del Lucile Halsell Conservatory
Por: Mónica del Arenal para La Revista Mujer
El arquitecto y diseñador industrial de origen argentino Emilio Ambasz, estuvo en San Antonio el pasado 15 de noviembre de 2018, con motivo de la celebración por los 30 años del Jardín Botánico de San Antonio. Ambasz, además de poseer múltiples patentes de diseño industrial-mecánico, fue curador de Diseño del MOMA de Nueva York durante siete años y a él se debe la muestra The architecture of Luis Barragán, presentada entre junio y septiembre de 1976, misma que dio a conocer al gran arquitecto mexicano en los Estados Unidos. Ambasz se define así mismo hasta la fecha como “a museum man” (un hombre de museos).
El creador del Lucile Halsell Conservatory es precursor de la arquitectura verde en el mundo: Verde sobre el gris es el leit motiv de la firma Emilio Ambasz & Associates. Para Sir Ebenezer Howard, el inglés fundador del City Garden Movement a principios del siglo XX, el justo medio era 50% para las áreas verdes y 50% para lo construido; para Ambasz debe ser el 100% de naturaleza-casa como una misma cosa, debe predominar el verde sobre el gris, lo suave sobre lo duro, para que los techos verdes puedan “besar” la tierra.
Las premisas que rigen su oficio son: la integración con el paisaje y con el medio ambiente, las plantas y la naturaleza se deben considerar ornamentos vivos, el adecuado aislamiento de los edificios debe asegurar un bajo uso energético y por último, y no menos importante, no olvidar la presencia del arte para que toque el corazón de las personas.
Los cinco invernaderos de cristal y acero del Jardín Botánico de San Antonio se desarrollan en torno a un gran patio con un estanque de nenúfares al centro. El primer invernadero, denominado Exhibit Room, alberga una estupenda colección de epífitas de las que destacan las orquídeas y las bromelias. El Robert and Helen Kleberg Desert Pavilion está dedicado proteger especies de cactáceas y suculentas de México y el sur de África. Un tercer invernadero, el Gretchen Northrup Tropical Conservatory, tiene las especies del bosque tropical; por su parte el pabellón de palmas y cícadas (Palm and Cycad Pavilion) es el de dimensiones más generosas y permite observar las especies de gran talla gracias a la suave rampa diseñada para tener una “vista de pájaro” y, por último, la gruta de helechos (Fern Grotto) despliega una colección de estas fascinantes plantas primitivas.
Durante la rueda de prensa que ofreció en la mañana, Emilio Ambasz expresó admiración y agradeció especialmente por el estado de conservación y mantenimiento que guarda su obra después de tres décadas: «… para un edificio nunca es suficiente la cantidad de dinero para su mantenimiento, y llegar aquí y ver cómo está extremadamente bien mantenido, es algo por lo que me siento verdaderamente agradecido. El mantenimiento de un edificio es una tarea de nunca acabar (“it is a never ending race”), algo que empiezas desde cero cada día, como educar a un niño… con la diferencia de que nunca te decepcionará…» (bromeó).
Uno de los asistentes le preguntó al arquitecto en qué pensó cuando estaba diseñando el proyecto, a lo que Ambasz respondió:
“Yo no pienso con palabras, pienso con imágenes, yo creo imágenes. El edificio llega a mí como un todo, como una imagen casi dibujada completamente. Y así sucede con toda mi obra. No procedo en un modo racional del paso uno, al paso dos, al paso tres. De alguna manera absorbo el problema, lo macero y en cierto momento tengo una imagen. Las imágenes, como ustedes saben, si son imágenes prototípicas, contienen una gran cantidad de innovación y trato de entender lo que está contenido en ellas, de interpretar lo que significan. Algunas veces lo hacemos bien, algunas veces lo hacemos mal y es ahí donde la arquitectura entra en juego, asegurarte de que la imagen crece como debería hacerlo y dejar de lado lo que no sirve, los caprichos o las extravagancias.
Yo experimento y es la razón por la cual no enseño, porque mi verdadero trabajo no puede ser enseñado. En Princeton enseñé a resolver problemas pero no a diseñar arquitectura. Problemas de todo tipo, les proveí metodología, un camino para resolverlos. Los estudiantes de primer año no saben lo que quieren hacer, no saben si serán médicos o abogados, yo puedo decirles cómo resolver problemas, pero no puedo transmitirles la capacidad de generar imágenes. Es un don y me siento inmensamente comprometido a honrar ese don cada noche.”
Durante la recepción por la noche, presentó sus proyectos más relevantes a través del mundo, en España, Japón, Italia, Singapur, México. Cerró su discurso con este reconocimiento, refiriéndose al Jardín Botánico: “Muchas cosas participaron en este gran proyecto, empezando por la filantropía. No es falta de memoria sino de tiempo lo que me impide mencionar a todas las personas que participaron. En este caso siento que la idea se materializó muy bien: Les entregué un bebé desnudo, ustedes lo hicieron real, lo vistieron y lo alimentaron, gracias por ello”.
El jardín botánico fue inaugurado oficialmente el 3 de mayo de 1980 y su misión es “Inspirar a las personas para conectarse con el mundo de las plantas y entender la importancia de las plantas en nuestra vida”.
Más información: www.sabot.org
Dirección: San Antonio Botanical Garden, 555 Funston Place, San Antonio, Texas 78209
Horas de Operación: 9:00 am – 5:00 pm diariamente (cerrado en el Día de Acción de Gracias, Navidad y Año Nuevo).
Mónica del Arenal
Arquitecta mexicana originaria de Pachuca, Hidalgo, Mexico, es una mujer que simboliza cultura en toda su extensión. Su trayectoria profesional es tan extensa como las 35 páginas de su curriculum vitae, un testimonio de su carrera precursora del arte. Ex- Directora del Instituto Cultural de México en San Antonio, obtuvo el Premio Visionary Award 2017 de la Cámara Hispana de Comercio de San Antonio, como una de las mujeres que dejan marca en el mundo. Hoy en día es Consultora de Arte y Cultura / Arte Público de San Antonio, TX.