Alejandro Aravena: Una Arquitectura Elemental en Austin, Texas
Por: Lilia Davis
Fotos: Cristobal de Palma y la Universidad St. Edwards
Premio de Arquitectura Pritzker 2016
Austin, Texas cuenta con el único edificio en los Estados Unidos diseñado por el arquitecto Alejandro Aravena, el primer chileno ganador del premio de Arquitectura Pritzker 2016. Como muchos ya sabrán, dicho premio internacional se concede cada año a un arquitecto por logros significativos, a menudo llamado «el premio Nobel de la Arquitectura».
Alejandro Aravena es el fundador y director ejecutivo de ELEMENTAL, un «Do Tank» con sede en Santiago de Chile, que se centra en proyectos de interés público y de impacto social, incluyendo la vivienda, el espacio público, la infraestructura y el transporte. A través de ELEMENTAL, ha logrado construir más de 2,500 unidades de vivienda social.
Asimismo, Alejandro Aravena ha sido el primer arquitecto en recibir el Premio de Sostenibilidad de Gotemburgo en 2017 y es miembro del consejo asesor del Programa de Ciudades de la Escuela de Economía de Londres.
St. Edwards University en Austin, Texas
A primera vista, el dormitorio Hunt, LeMans & Johnson Halls, parece una joya guardada en un lindo estuche: una colina del campus de la Universidad de St. Edwards en Austin, Texas. Su color rojo y brillante asemeja el color de la piedra de un rubí.
Se trata de un complejo residencial con más de 119,000 pies cuadrados que se entrelazan entre sí e incluyen un amplio comedor, una cafetería y varias amenidades. Cuando te acercas más al edificio y entras a su interior, la intención del arquitecto se hace más clara: crear una comunidad para los estudiantes.
Primer Proyecto en Estados Unidos
Este fue el primer proyecto del arquitecto Aravena fuera de Chile y su primer desafío en el plano personal. “Los Estados Unidos, es un país muy diferente a Chile. Tuve que diseñar en inglés, en lugar de español, y aprender a pensar en pulgadas y pies, en lugar de metros.
Había que adaptarlo de una cultura de la escasez a una cultura de la abundancia, donde se quiere compresión, los usuarios pueden ver invasión así que tuve que ir desde el tercer mundo al primero, y liderar el proyecto allí”, aclara Aravena.
El encargo formal era proporcionar nuevos dormitorios (300 camas). Esto incluía las instalaciones de comedores y diversos servicios para los estudiantes. Asimismo, se tenía que considerar la cuestión del lenguaje y la apariencia del edificio y su relación con los edificios antiguos del campus.
“Concluimos en que un dormitorio es como un monasterio: el enfoque es en la forma de organizar una colección de pequeñas células repetitivas y cómo relacionarlas con grandes piezas especiales.
En el caso del monasterio se trata de las celdas de los monjes y cómo se relacionan con el refectorio y la capilla. Aquí se traduce en las habitaciones y el comedor e instalaciones comunes. Puesto que ambos tienen que ver con antiguas situaciones atávicas: alimentar el cuerpo, el alma y digerir”, explica Aravena.
Crear una Comunidad para los Estudiantes
El éxito de este proyecto fue crear una comunidad al enfatizar movimiento y exposición constante de la actividad del campus a través de aberturas y circulación. La vida de los dormitorios puede ser una experiencia no muy satisfactoria, pero Aravena ha demostrado que también puede ser una llena dentro de comunidad, actividad y ¿por qué no?, belleza. Y lo ha logrado.
Siete años más tarde, al visitar el edificio y preguntarle a varios de los estudiantes que viven en el dormitorio Hunt, Le Mans & Johnson en St. Edwards, constatamos sus logros.
En Apreciación
Escuchamos varios comentarios de apreciación alrededor de este edificio. Por ejemplo: «se siente muy amplio y tiene mucha luz». Además, «te sientes parte de la comunidad, puesto que a través de los ventanales y aperturas de paredes puedes ver todo lo que está pasando en el campus». Eduardo Rodriguez, un estudiante de segundo año de Diseño de Juegos Interactivos nos dice: “Desde que llegué en mis visitas de orientación, era el edificio en que quería vivir«.
Jessica, una estudiante de tercer año de la facultad de Administración de Empresas nos dice: “este dormitorio es mi favorito por sus colores tan vivos y brillantes”. “Cuando entro al edificio me siento como si fuera parte de una pintura que todos podemos admirar. Si no tuviéramos este edificio no seria lo mismo dentro del campus de la universidad.”
Doctor Honoris Causa
La Universidad de St. Edwards otorgó al arquitecto Alejandro Aravena un título honorífico de Doctor en Letras Humanas, Honoris Causa, en la ceremonia de inauguración por su compromiso de mejorar las vidas y los espacios ambientales con ingenio y empatía.
La Palabra «Síntesis«
Una palabra constante en el vocabulario de Alejandro Aravena es la palabra “síntesis”. Su filosofía en arquitectura es hacer partícipe a la comunidad en los procesos. “Sintetizar todas estas fuerzas al introducir la participación de la gente en las discusiones, así podemos abrir un consortium de opiniones para incluirlo en el diseño”, expresa Aravena.
La Influencia Femenina en el Proyecto
No podemos ignorar que la participación femenina fue importante en este proyecto. Hacemos una mención especial a las mujeres que participaron en el proyecto. De parte del grupo de Chile participó Rebecca Emmons; en el equipo de Texas; Tiffany Erfmanczyk, Leyla Shams y Joyce Chen. Su participación y arreglo fue nada menos que espectacular.
Este proyecto en Austin, Texas también recibió el reconocimiento de la Architectural Review en Londres, The Plan en Italia y en Texas Architect.
El arquitecto Alejandro Aravena ha sido nombrado Presidente del Jurado del Premio Pritzker de Arquitectura a partir de marzo de 2021, a tiempo para el 43º premio.