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EL DISTRITO FEDERAL: LA CIUDAD ENTRE CIUDADES.

El Distrito Federal tiene carácter y mucho que ofrecer para todo tipo de gustos, sólo falta mirar para encontrar. La ciudad te atrapa porque constantemente tiene algo nuevo para ver, y el DF, siempre cambiante, te empuja a analizar las cosas desde nuevos ángulos y perspectivas. Es un mundo de contrastes, sabores, y realidades que nunca dejan de sorprender, y esperamos que jamás lo haga.

El-Hidalguense

La Ciudad de México, mejor conocida como Distrito Federal, o DF, vive desde hace algunos años un momento de redescubrimiento y revitalización. Cada vez más la gente se percata del verdadero potencial de esta megalópolis de más de 20 millones de habitantes, olvidándose de la mala reputación que adquirió durante la década de los 90 y viéndola por lo que realmente es: una ciudad cosmopolita que ha perfeccionado el arte del contraste, y que no ha dejado de crecer y reinventarse a sí misma. Aquí, la modernidad se entremezcla con los restos de la ciudad de Tenochtitlán, la arquitectura colonial, la dinámica cultura que se percibe en cada fibra del día a día y se eleva en los números museos de la ciudad, y la gastronomía, que va desde los placeres más humildes de la comida callejera, hasta las experiencias culinarias más refinadas.

Esta gigantesca ciudad puede intimidar incluso a los viajeros más experimentados, pero sólo hay que recordar que, salvo algunas excepciones, lo mejor del DF se encuentra situado en unos cuantos barrios.

Estos barrios, o colonias, son como pequeñas ciudades por si mismas, cada una con un carácter propio y que, en conjunto, recrean el cuadro multicultural que representa la Ciudad de México. Se debe comenzar desde el origen de la capital, el Centro Histórico, que en 1325 vio nacer la mecca del imperio Azteca. Cuenta la leyenda que los Mexicas, como se denominaban a si mismos los Aztecas, se establecieron sobre el Lago Texcoco cuando se cumplió la profecía de ver, encima de un cactus, a un águila devorando una serpiente. Ahora, hundiéndose en las mismas aguas que cargaron el peso de Tenochtitlán hace más de 600 años se encuentra su reemplazo: el Zócalo capitalino.

PALACE-OF-FINE-ARTS

El Centro nos introduce al contraste más emblemático y contradictorio del DF: el orden en el caos. Aquí las personas caminan y cruzan las calles en olas apuradas que, si no comprendes, te pueden llevar con ellas—aunque los locales parecen siempre saber hacia donde se dirigen. Palacios y catedrales reemplazaron a los antiguos templos, aunque aún es posible ver vestigios del pasado Mexica en las ruinas del Museo del Templo Mayor. Cabe destacar que la Catedral Metropolitana, de arquitectura gótica, es la más grande de todo el continente americano, y ha sido desde hace varios siglos un centro sagrado y religioso vital. El mercado de San Juan es el lugar perfecto para explorar el fascinante mundo de la comida callejera del DF, además de que dicen que aquí se puede encontrar de todo—desde las carnes más exóticas hasta puestos dedicados exclusivamente a las gelatinas decoradas. El Centro es el lugar idóneo para perderse y entrar en la dinámica y vitalidad que guían el movimiento citadino.

La Roma y la Condesa son los barrios de moda, y aunque hay cientos de cosas que hacer y ver durante el día, cobran especial vida durante la noche. La Condesa es una colonia sofisticada repleta de restaurantes y cafés, y se distingue por la gran cantidad de edificios Art Deco que la decoran. Un paseo por el parque México y el circuito de la calle Ámsterdam te dejará ver el lado más hipster de la ciudad. Por otra parte, la colonia Roma es el centro bohemio y artístico del DF, y por lo tanto aquí abundan galerías instauradas en casas y edificios de la época del Porfiriato (finales del siglo XIX), construidas en la tradición francesa. En ese sentido, la colonia Roma se siente plenamente europea, y las terrazas y cafés que llenan la Avenida Álvaro Obregón te transportan aún más al viejo continente.

Al sur se encuentra Coyoacán, un barrio que conserva el encanto colonial propio de una ciudad de provincia. Aquí la gente deja pasar el día lentamente en la plaza central, el Jardín Hidalgo, rodeado de coloridas casas y donde parece siempre haber música y niños jugando. Coyoacán fue también un centro donde vivieron artistas e intelectuales como Frida Kahlo y Leon Trotsky. Por la cercanía, es buena idea visitar la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) el mismo día, que es la Universidad más grande de Latinoamérica y que además tiene impresionantes edificios modernos del siglo XX y excepcionales murales de Diego Rivera y David Siqueiros, entre otros.

Dónde hospedarse:

Hotel Downtown: Un hotel boutique situado en el Centro Histórico, dentro de un edificio colonial del siglo XVII que ha sido remodelado con toques industriales y modernos. El mural de Manuel Rodriguez Lozano, El Holocausto, abre la entrada al hotel, que tiene también un rooftop bar y alberca en la terraza, y desde donde se pueden apreciar grandes vistas del centro de la ciudad. El hotel, de diseño impecable, es parte del Grupo Habita, y cuenta con 17 elegantes cuartos de techos abovedados altos y decorados con detalles minimalistas en madera.

Hotel Condesa DF: Este pequeño hotel se encuentra dentro de una casa de estilo francés de principios del siglo XX, y hace gran uso del poco espacio para crear ambientes que van desde minimalistas, hasta eclécticos y chic. El diseño, y el lounge en la terraza del cuarto piso, hacen de este hotel, también del Grupo Habita, un oasis dentro de la ciudad. Sus preciosas habitaciones, diferenciadas por números romanos en las puertas, encapsulan a la perfección la esencia trendy y sofisticada de la Colonia Condesa.

La Valise: Por afuera, todo parece indicar que esta casa del Porfiriato, pintada de un color azul claro, no es mucho más que eso. Pero una vez dentro nos encontramos con un sitio repleto de piezas y espacios únicos, diseñados para encantar a los viajeros que entienden y saben disfrutar de los placeres de la vida. Y precisamente ese es el lema del hotel, que dice enfocarse en la clientela “hedonista,” quienes sin quejarse se dejan llevar por la suite de la terraza, donde la cama se puede mover al exterior para literalmente soñar bajo las estrellas.

Dónde comer:

El Hidalguense: Para tener una experiencia plenamente mexicana, este es el lugar indicado. El Hidalguense está abierto solamente los fines de semana, ya que los dueños y el personal vienen al DF desde el estado de Hidalgo para deleitarnos con su especialidad: la barbacoa. Su menú está lleno de delicias y es recomendable pedir varias cosas para el centro de la mesa y compartir, como el queso asado especial y los sopes. Para acompañar, tienen pulques de diferentes sabores, como guanábana o granada, y su pan de elote con rompope es el final perfecto para cerrar el festín.

El Vilsito: Considerando el surrealismo que distingue a México, no es de extrañarse que este local funja de mecánica automotriz de día, y de taquería de noche. Este es un excelente lugar para probar uno de los platillos emblemáticos provenientes del Distrito Federal: los tacos al pastor. Estos tacos, de clara influencia libanesa, contienen carne de puerco marinada y cocinada en un trompo, que luego se sirven sobre una tortilla de maíz con piña, cilantro, cebolla y salsas al gusto. También se recomienda probar las gringas, que utilizan la misma carne del pastor, pero se sirven con queso sobre tortillas de harina.

Contramar: Aunque el DF no se encuentra localizado en la costa, la comida del mar y los mariscos son una parte esencial de la mesa mexicana, y Contramar ofrece lo mejor en la ciudad. Este restaurante trendy abre únicamente para la hora de la comida, y normalmente está repleto de gente de negocios y otros que van a ver y ser vistos. El menú ofrece platillos simples de playa, como cocteles, ceviches, tacos y tostadas, entre las cuales las tostadas de atún son altamente recomendables.

Pujol: El reconocido restaurante del Chef Enrique Olvera, que actualmente se encuentra en el lugar 16 de la lista de los 50 mejores restaurantes del mundo de S. Pellegrino, es una parada esencial para cualquiera que quiera entender la cocina del México actual, y el movimiento reciente del país para elevar la gastronomía mexicana. Haciendo uso de técnicas modernas para reinventar comida tradicional y crear platillos originales con base a ingredientes nativos, el Chef Olvera llevó la comida mexicana a otro nivel.

CardenalEl Cardenal: Una institución gastronómica de la Ciudad de México, El Cardenal lleva más de 40 años sirviendo comida tradicional mexicana. Aunque ya tienen más de una sucursal, el original (y el mejor), se encuentra en el Centro Histórico, dentro de una casona de estilo Francés del siglo XX. Su mejor oferta se encuentra en el desayuno, donde uno se puede deleitar con la enorme variedad de pan dulce junto con un chocolate caliente. También es un excelente lugar para probar uno de los desayunos mexicanos más típicos: los chilaquiles.

Qué hacer:

Centro Histórico: Comienza tu paseo por el Centro de la ciudad en la plaza de la constitución, o Zócalo. Aquí se puede visualizar al México del pasado en el Templo Mayor, seguido de lo que reemplazó el centro religioso de la antigua ciudad de Tenochtitlán: la Catedral Metropolitana. En algunas ocasiones el Palacio de Gobierno está abierto al público y, junto con el Palacio de Correos y la Casa de los Azulejos, son algunos de los edificios más hermosos de la ciudad. Hay una enorme cantidad de valiosos museos en el centro de la ciudad, pero de ellos quizás el más emblemático es el Palacio de Bellas Artes, que además del edificio estilo Art Nouveau, que vale la pena por si mismo, cuenta con espectaculares murales de Diego Rivera y Siqueiros. Termina tu recorrido en la Torre Latinoamericana que fue, por varias décadas, el edificio más alto de México, y hasta la fecha ofrece vistas inigualables de la ciudad.

Reforma y Chapultepec: Paseo de la Reforma es probablemente la avenida más simbólica del DF, ya que se extiende a lo largo de muchos puntos vitales de la ciudad, además de su importancia histórica. Originalmente llamado “El Paseo de la Emperatriz”, ya que su construcción fue comisionada por el Emperador Maximiliano para conectar el centro histórico con su hogar, el Castillo de Chapultepec, que ahora es casa del Museo Nacional de Historia. La avenida ahora está llena de restaurantes, hoteles y tiendas, y alberga varios de los monumentos más importantes, como el Ángel de la Independencia, la Diana Cazadora y, el más reciente, la Estela de Luz, construida para conmemorar el bicentenario de la Independencia. Por su parte, el Bosque de Chapultepec es el pulmón más importante de la ciudad, y un verdadero oasis donde uno puede perderse dentro de los kilómetros de caminos y lagos, disfrutar de un café, o visitar el zoológico y el famoso Castillo de Chapultepec. Así mismo, en la periferia del Bosque se encuentran varios de los mejores museos de la ciudad, como el Museo Nacional de Antropología e Historia, imperdible para cualquiera interesado en el pasado del país, el Museo de Arte Moderno, o el Museo Tamayo.

Polanco: Polanco es uno de los barrios más sofisticados del DF, y también uno que ha visto mucho cambio en los últimos años. Esta colonia se caracteriza por sus museos, tiendas, restaurantes, cafés, galerías y parques. Aquí se encuentra la Avenida Presidente Masaryk, donde se puede hacer shopping de primera con las marcas más exclusivas y lujosas. El Parque Lincoln, que los sábados alberga uno de los tianguis (mercado al aire libre) más elegantes de la ciudad, está rodeado de varios restaurantes y cafés con terraza para pasar la tarde. Por su parte, lo que ahora es conocido como “el nuevo Polanco” es una zona ultramoderna donde se encuentra el acuario más grande de México, el acuario Inbursa, plazas y centros comerciales como Antara y Plaza Carso, e importantes nuevos museos como el Museo Soumaya, que cuenta con piezas de Auguste Rodin, o el Museo Jumex, que se enfoca en arte contemporáneo.

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Coyoacán: Empieza tu recorrido de esta zona desde su corazón: el Jardín Hidalgo, y disfruta de ver como aquí la gente parece vivir con un ritmo distinto al resto de la ciudad. De ahí, visita la famosa casa azul de Frida Kahlo y la casa de León Trotsky, para entender la ola intelectual que vivió Coyoacán, y México, en la primera mitad del siglo XX. Para finalizar, un paseo por el hermoso parque de la colonia, los viveros de Coyoacán, cerrará el día a la perfección.

Xochimilco: Este es uno de los barrios más antiguos de la ciudad, y uno que conserva muchas tradiciones y costumbres indígenas. En Xochimilco todavía se alcanza a percibir restos de la cotidianidad de otra época en sus canales, sus mercados, sus flores y, sin duda, en el pulque, una bebida tradicional Mesoamericana hecha a base de agave fermentado. Aquí la gente todavía utiliza las chinampas, un método agrícola prehispánico donde se cultiva sobre el agua. La atracción principal de Xochimilco es tomar un paseo por los canales en una de las trajineras, pequeños barcos de madera pintados en colores vívidos, y disfrutar de los antojitos mexicanos, como gorditas y tlacoyos, que las señoras te venden desde sus propias trajineras.

Por: Isabel Torrealba

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