En casa con la cantante

Artículo y fotos por: Xelina Flores

La puerta de vidrio de colores se abrió hacia el pasillo que muestra una pintura grande que capta tu atención inmediatamente. La pintura es casi toda de color azul pero tiene tanto movimiento en los dibujos de las personas en la pintura, que parece como si sintieras su pulso. El pasillo te lleva a un cuarto más grande, tan agradable y acogedor como la persona que vive en la casa.

Las paredes están adornadas con una colección de arte formada por amigos cercanos, su esposo e imágenes que irradian cualidades folclóricas. Todos los lugares para sentarse tienen almohadas suaves de colores alegres. Y cada lugar donde descansa tu mirada cuenta con pequeñas historias a través de sus máscaras de madera de México, plantas, y objetos que parecen haber sido colocados con mucho amor y cuidado. Esta es la casa de Azul Barrientos, una cantante en San Antonio que es de la Ciudad de México.

Azul encontró su camino a San Antonio cuando vino a visitar a una amiga, una visita que se convirtió en una larga estadía después de conocer a dirigentes de la comunidad a través del Centro Esperanza, Paz y Justicia. Después de haberla escuchado cantar canciones de México la invitaron a ser artista residente del centro Esperanza. Azul estaba emocionada de haber encontrado una comunidad que apreciaba y aceptaba su amor por las viejas canciones de México y decidió tomarse una pausa en la ciudad de San Antonio.

“Una casa es algo difícil de conceptualizar porque vengo de una casa y esa imagen idealizada de dónde vengo, era parte de mí. Durante muchos años, siempre creí que mi casa siempre sería la ciudad de México.” Azul nos confiesa lo que pensaba que era una casa, cuando se mudó a San Antonio por primera vez. “No fue hasta ahora, quizás porque ahora estoy casada, o quizás por el hecho de que tengo un perro y tengo plantas,  que siento que tengo elementos que forman mi vida con cosas que me necesitan en este espacio.

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Encontrar mi lugar en una casa, ha sido la cosa más bella para mí, y aceptar que sí, mi casa era en la ciudad de México, pero ésta es mi casa ahora.” Se siente contenta en su espacio favorito en su casa. “Me puedes encontrar en la cocina o en el comedor, donde me gusta practicar mi música.” Azul saca una guitarra vieja que le regalaron y que pertenecía a un miembro del famoso trío conocido internacionalmente como el “Trío los Panchos”. Entonó su guitarra y empezó a tocar y a cantar una bella canción en español. Su voz flotaba melodiosamente a través de su espacio y todo se entrelazaba armoniosamente en una imagen perfecta, como quien ha encontrado finalmente un espacio verdadero y lo ha hecho suyo.

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