Especial

WILMA LANGHAMER – Por Amor al Arte

Por Lilia Davis

Wilma Langhamer es una reconocida pintora alemana nos cuenta su historia desde Karlsbad, hasta llegar a McAllen, Texas, donde ha pasado la mayoría de su carrera siendo mundialmente famosa. Su trabajo ha llegado hasta la Casa Blanca, y sus pinturas se exhiben en el Instituto Smithsonian. Sus portadas han sobresalido en el Reader’s Digest y Neiman Marcus. Fue comisionada por la sede de BMW en Múnich, y sus cuadros se han vendido por galerías con éxito en Nueva York. Dice que siempre ha pintado por AMOR.

wilma2Hace varios años toqué en la puerta de la casa de Wilma Langahmer  por primera vez.

Fuí con el propósito de ver las pinturas de su esposo, pero pronto me di cuenta que su arte te atrae rápidamente, así como su propia personalidad.

Wilma es una mujer de pequeña estatura, voz suave y callada, con una mirada curiosa, quien nos recibe cálidamente en su casa y estudio en McAllen, Texas, y nos prepara una bebida especial: un néctar de guayaba Jumex con agua mineral Perrier.

Nacida en Karlsbad, Alemania. Cuando estaba en la preparatoria, su maestra le dio una pequeña nota que decía: “deberías de procurar una carrera en el arte”. Cuando llegó ilusionada a su casa al contarle a sus papás, su mamá le dijo: “Mi hija no será una artista muerta de hambre”. A su mamá le tocó vivir las dos guerras mundiales y los tiempos muy difíciles que vinieron después de éstas. No quería que su hija sufriera igual.

Su familia tenía una fábrica de tejidos, pero cuando el papá de Wilma murió, ella tuvo que tomar las riendas del negocio, cuando apenas tenía 14 años. Lo que más disfrutaba era hacer el diseño de los tejidos y preparar los desfiles de modas, pero no quería manejar la empresa. Al final su mamá vendió la fábrica y le pidió que estudiara para ser enfermera. Pero en sus ratos libres se concentraba en la pintura, aprendiendo por sí sola.

En 1974, mostró una exhibición en grupo en la ciudad de Stratgard, Alemania, donde encontró apoyo en una persona que llegaría a ser fundamental en su vida: Carl Mohner, a quien conoció en el hospital donde ella trabajaba mientras él estaba recuperándose de una cirugía en el apéndice.

Carl Mohner

En 1976, Carl le ayudó a conseguir una comisión especial de pinturas para la oficina central de BMW en Múnich. “Mi exhibición de 10 obras que incluían sus carros y motocicletas antiguas con fondos del panorama de Bavaria de Alemania, en la galería BMW en Múnich, fue una de las experiencias más importantes de mi carrera”, expresa Wilma. Carl le llamaba Realismo Romántico para referirse a su trabajo y mucha gente estaba de acuerdo.

Carl había nacido en Austria, y era un actor famoso reconocido con el premio Las Palmas De Oro del Festival de Cannes, Francia. Cuando Wilma lo conoció, ya había filmado más de 40 películas, tales como la clásica película francesa de gánsteres – Rififi y la famosa película de la segunda guerra mundial ¡Sink the Bismark!, en su papel como el capitán de un buque de guerra alemán. También filmó en México, donde Wilma seguido lo acompañaba y comenta que Carl tenía una presencia en el escenario y energía increíble que nunca antes había visto en otra persona.

Múnich

Cuatro años más tarde, Wilma y Carl se casaron y empezaron a seguir una vida artística. Múnich en ese entonces era llamada “una ciudad Cosmopolita con Corazón”, comenta Wilma, por su gran cultura y arte, “pero me quería ir a los Estados Unidos, a vivir a Nueva York”, que en esa época estaba en su apogeo del mundo artístico. Vendió sus cuadros con éxito en una galería en Madison Avenue. Sin embargo, Carl necesitaba un clima sub-tropical por motivos de salud.

wilma3McAllen, Texas

Después de buscar en varios lugares deciden establecerse en el Valle de Texas, donde compran una casa en un área agrícola con huertos de naranjas en Sharyland. “Compramos una casa aun antes de tener nuestras visas, hacíamos decisiones muy espontáneas”, dice Wilma. Pronto se adaptaron a la cultura fronteriza y mexicana; seguido cruzaban la frontera con México, para estar en Reynosa, que les fascinaba, tanto que “el periódico de Reynosa escribió un artículo sobre nosotros” dice Wilma.

Después de varios años la salud de Carl empieza a deteriorarse con la enfermedad de Parkinson. Una amiga decía que se le olvidaban las cosas, a veces iba y le compraba flores, pero después cuando regresaba a casa, no se acordaba cual era la ocasión. Pero lejos de sentirse mal, empezó a pintar con una energía incomparable, desde cuadros abstractos, con humor, colores alegres. Su mejor arte florecía cuando Carl vivía mentalmente en su propio mundo.

Love Series

A medida que Carl se iba deteriorando, Wilma empezó a pintar una serie de pinturas llamada “Love Series” enfocadas en su amor. Sentía que estaba a punto de perder su pareja de tanto tiempo. “Para mí, el amor es todo en la vida.” Wilma puso a lado su carrera y continuó apoyando el trabajo de Carl, como él lo había hecho antes por ella. Presentaron su trabajo en galerías de arte en el Valle de Texas y en Nueva York durante 10 años hasta que Carl falleció en 2005. “Tuvimos 40 años de gratitud” dice Wilma, “me siento agradecida por hacer lo que siempre quise hacer, pintar.”

Conversaciones con Carl y Wilma es el nombre de una exhibición que describía el amor que se tenían y se presentó en McAllen en noviembre 2007 en reconocimiento a su trabajo. Una conversación con ambos acerca de la vida, amor y la creación – era una unión muy fuerte entre los dos.

La Casa Blanca

Wilma continuó pintando y cosechando logros internacionales desde su pequeño estudio en McAllen. Conoció al presidente Carter trabajando en proyectos para la paz. Aunque al principio no querían más arte, aceptaron sus pinturas y ha donado aproximadamente 17-18 piezas de arte para recaudar fondos para fines humanitarios.

El precio más alto pagado en una subasta por una de sus piezas ha llegado a los $16,000 dólares. “Pero no lo hago por razones políticas, más bien por razones humanitarias, por el amor y por la paz”, expresa Wilma. También pintó un huevo de Pascuas para la Casa Blanca que todavía se encuentra radicado en la Colección del Instituto Smithsonian. Wilma ha sido una de las primeras artistas que le comisionaron crear adornos para el Árbol de Navidad Nacional.

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Influencias

En sus pinturas ves colores vivos, mujeres, palomas, flores, llaves, castillos, y debajo de todas esas imágenes nos transmite mucho amor en diferentes formas y con humor; a veces con corazones asomándose en sus pinturas. Incluye también un violín porque es el instrumento que tocaba desde chica. Se considera una soñadora, “por eso ves en mis pinturas castillos y gente flotando en las nubes” dice sonriendo.

Mis mayores influencias al principio fueron pinturas de la época medieval europea, como castillos, caballos y después un poco de René Magritte, entre otros, pero la mayor influencia en todos los aspectos fue mi esposo Carl Mohner. Él fue la gran fuerza que impulsó mi carrera como artista, desde el primer día que nos conocimos. Carl siempre me decía: “Sigue lo que te dicte tu Corazón”.

Disfruta la próxima exhibición de Wilma llamada “Meditations” del 25 de noviembre al 24 de diciembre 2016 en Beyond Arts Gallery , 114 North “A” Street Harlingen Texas. 956-230-2859. Para mayor información visita : www.wilmalanghamer.com

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